martes, 9 de julio de 2013

Así son y así funcionan las Google Glass, el gadget más codiciado

Uno de los gadgets más codiciados del momento son las Google Glass. Las gafas de realidad aumentada de Google han venido para agitar el panorama tecnológico mundial despertando un nuevo modo de explotar las posiblidades de conexión personal.
El dispositivo en cuestión no son son unas gafas al uso sino que se trata de una ligera barra de aluminio en cuya parte derecha cuenta con un módulo de plástico en el que incorpora toda la tecnología que las hace funcionar.
En esa patilla cuenta con una batería, una cámara frontal que permite hacer vídeos y tomar fotografías desde el punto de vista del usuarios, un trackpad que permite navegar por los menús de las Glass, el procesador, memoría y conexión bluetooth, y sobre todo el prisma que permite la proyección de la imagen.
Una imagen que aunque a priori puede parecer invasiva, en el momento que se colocan las Google Glass sobre la cabeza desaparece. Y es que el prisma queda levemente por encima del ojo derecho, con lo cual, la pantalla virtual no impide una visión normal y si se quieren ver los avisos o navegar habrá que mirar hacia arriba, "como una pantalla de aeropuerto", señala Víctor Sánchez, CEO de MashMe.TV y uno de los pocos desarrolladores que cuenta con unas de las primeras Google Glass.
Sánchez, que trabaja en una plataforma de videoconferencia entre amigos, con la posibilidad de compartir contenidos con el resto de participantes, explica que la clave de las Google Glass reside en el "cómo" se pueden hacer las cosas, más que en cuántas cosas nuevas se pueden hacer con ellas.
Respecto a la batería, Sánchez explica que duran un día sin problemas "una vez que se pasa el hype del principio de estar probándola todo el día" y que es muy cómodo tanto a la hora de llevarlas a diario, como a la hora de conectarlo a los dispositivos (Android, iOS e incluso con el portátil).

¿Cómo es un día a día con Google Glass?

Sánchez explica que su rutina con las Google Glass comienza desde que se levanta, cuando las gafas le muestran la agenda del día y consulta el tiempo antes de salir de casa, y que no se las quita "a no ser que llueva", aunque confiesa "que hay quien se ducha con ellas".
Además, las Google Glass acaban adaptándose al usuario, explica el CEO de MashMe.TV, que gracias a la sincronicación de la agenda y los hábitos diarios es capaz desde recomendar sitios cercanos para tomar una cerveza a la salida del trabajo, como alertar del retraso de su vuelo y poder aprovechar más el tiempo, amén de ir reconociendo los giros de voz de cada persona.

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