sábado, 13 de julio de 2013

Realidad aumentada – Introducción



Con este primer artículo abrimos una nueva sección en el blog algo más técnica, por así decirlo, donde escribiremos sobre los últimos avances tecnológicos, comentaremos noticias o explicaremos qué demonios hacemos y para qué sirve. Y como hay que empezar por el principio, toca hablar sobre realidad aumentada.


¿Qué es la realidad aumentada?

También llamado realidad virtual, no es más que, como su propio nombre indica, añadir más a la realidad existente, darle nuevos matices. Pero quizá antes deberíamos ponernos un poco filosóficos y preguntarnos qué es la realidad. Nosotros, como seres humanos, percibimos el mundo que nos rodea de determinada manera debido a nuestros sentidos. Pero no todos los seres vivos lo hacen de la misma manera. Con esto solo queremos decir que tenemos que entender la realidad como algo relativo, algo que se puede cambiar y, perdonadme el atrevimiento, mejorar.

La realidad aumentada pretende ser una mejora, añadir más información a lo que ya percibimos con nuestros sentidos convencionales. Para ello se inserta información adicional. Es decir, cuando nosotros vemos a través de (en este caso) la cámara de nuestro dispositivo móvil, estaríamos viendo no solo la realidad que tenemos delante, sino algo más. Este algo más, puede ser desde un simple texto que nos indica que eso que estamos mirando es el Museo de Arte Nacional, hasta un indicador de por dónde debemos ir para llegar a nuestro destino, pasando por un modelo tridimensional de una persona que nos habla y nos cuenta las maravillas del Hostal Casa Paco.

¿Y cómo es posible hacer esto?

Pues bien, querido lector, todo lo que sabías o te han contado hasta ahora era mentira. Lo cierto es que solo hay una forma de crear realidad aumentada: vender tu alma al diablo. Hemos de admitir que en Qbitera Software tratamos de vender nuestras almas, pero el diablo nos contestó que no, gracias, que en los días que corren ya tenía demasiadas…


Los marcadores son figuras con formas específicas y fáciles de reconcer.

Bromas aparte, actualmente la opción más extendida para crear realidad aumentada es disponer de un marcador. El proceso consiste en reconocer dicho marcador, y cuando se haga, proyectar algo en su lugar. Es decir, volviendo a nuestro ejemplo de un móvil, antes de mostrársenos cada frame visto por la cámara, se analiza en busca de un marcador.

¿Y ya está? ¿Así de fácil?

Sí y no. El proceso es así de simple, es realizarlo lo que entraña complejidad. Reconocer un marcador puede parecer algo trivial, pero no lo es. ¿Alguna vez os ha pasado que, caminando por la calle, os cruzáis con alguien que os saluda y sabéis que lo conocéis de algo, pero no conseguís recordar quién es? Imaginaos que, para nuestro ejemplo de la cámara del móvil, el equivalente a reconocer un marcador sería como si nosotros tuviésemos que reconocer a esa persona con un ojo tapado y llevando las gafas sucias de otra persona. Además esa persona estaría rodeada de otras y solo podríamos mirar durante una fracción de segundo.

Bueno ¿y merece la pena? ¿Para qué sirve?

Al hablar de realidad aumentada, no sé a vosotros, pero a nosotros lo primero que se nos pasa por la cabeza son las películas de ciencia ficción. La realidad aumentada tiene multitud de aplicaciones más mundanas.

Como primer ejemplo, hay que hablar de juegos. Sin ir más lejos (solo una pestaña a la izquierda a un click de distancia) podéis ver o descargar la demo del Dominó Virtual. Pero hablando de juegos serios, un buen ejemplo es el siguiente vídeo de PS Vita.



Pero su uso no se limita únicamente a los juegos. Como ya mencionábamos al principio del artículo, otro campo donde la utilidad de la realidad aumentada es inmensa es en el turismo y la cultura. Muchos recordaréis las famosasaudioguías que te dan (habitualmente previo pago) con las explicaciones sobre un monumento que visitas, salvo que quieras esperar a la hora en que está programada la próxima visita guiada en tu idioma. Si no, siempre puedes coger un folleto de 3 o 4 caras que te resume en unos pocos párrafos y varias fotos toda su vasta historia de varios siglos… (Nótese el sarcasmo) ¿Por qué no usar la realidad aumentada para facilitar la difusión de la cultura? El feliz turista moderno podría descargar la aplicación del monumento con su móvil y, mientras pasea y hace fotos, podría ver en su pantalla toda la información relativa a esa torre que está mirando, o ese cuadro de la pared al que está apuntando con su móvil.

Otra utilidad se nos puede ocurrir mirando otra de las demos de nuestra web. Igual que aquí mostramos una tetera sobre nuestra tarjeta de visita, quizá a tu empresa le interesaría mostrar sobre su tarjeta un modelo en 3D de ese producto novedoso que estáis comercializando. Igual no tienes tiempo de explicarle qué es lo que haces a todo el mundo al que le das la tarjeta, quizá podría interesarte mostrar en ella un simpático vídeo en donde un personaje animado cuenta a qué os dedicáis.

Como último ejemplo, la integración de realidad aumentada en carteles y revistas proporciona un acercamiento del comercio electrónico al mundo real. En lugar de ver un par de fotos de esa mesa tan chula en el catálogo de Ikea (sí, todos tenemos el catálogo de Ikea en casa, y quien diga lo contrario es un vil bellaco mentiroso), podríamos ver el modelo tridimensional desde todos los ángulos y darnos cuenta de que por detrás no nos gusta tanto y preferimos esta otra. Y ¿por qué no ir más allá? ¿Por qué no poder simular cómo quedarían esas cortinas en nuestras ventanas, tan solo apuntando con nuestro móvil al lugar donde querríamos ponerlas?



Son muchas las utilidades de esta tecnología que se está empezando a desarrollar y difundir. Puede que aún no podamos hacer una videoconferencia con un holograma de nuestro corresponsal en Tokio, pero el futuro que imaginábamos hace unos pocos años ya está llegando, y nos toca a nosotros moldearlo a nuestro gusto.

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