sábado, 13 de julio de 2013

Un dispositivo para que se lo pongan los perros

A medida que Google Glass gana impulso, empresas e investigadores están tratando de decidir cuál será el próximo gran avance en tecnología portátil.
VIERNES, 12 DE JULIO DE 2013
POR RACHEL METZ

Foto: Un proyecto de investigación de Georgia Tech (Estados Unidos) llamado FIDO (siglas de 'facilitating interactions for dogs with occupations', o 'facilitar la interacción de los perros con ocupaciones') está explorando maneras de crear dispositivos portátiles para perros. Sky, en la foto, pone a prueba un sensor de mordedura.

Los primeros usuarios en adoptar la computación portátil están empezando a dejarse ver por las calles, observando el mundo a través del ordenador diadema de Google o con la mirada fija en su reloj inteligente Pebble. Sin embargo, una serie de investigadores ya está trabajando para averiguar qué será lo próximo. Entre las ideas más extravagantes estos investigadores están experimentando con: sensores integrados en la ropa y los dientes y, has oído bien, un ordenador portátil diseñado exclusivamente para perros.

Después de languidecer en los laboratorios de investigación durante hace años, la informática portátil de repente es un tema candente en los círculos tecnológicos. La introducción de tecnologías como el reloj Pebble, aparatos de seguimiento de fitness como el Up de Jawbone, y Google Glass, que actualmente se encuentra disponible para desarrolladores y cuyo lanzamiento está programado para el próximo año, han aumentado la demanda de más dispositivos portátiles.

En total, Juniper Research espera que este año se vendan cerca de 15 millones de dispositivos inteligentes portátiles (entre ellos gafas, gestores de salud y fitness y otros dispositivos), por un valor de 800 millones de dólares (620 millones de euros), y que las ventas llegarán a 70 millones de dólares (55 millones de euros) en 2017. Sin embargo, el campo sigue siendo experimental y todavía no es seguro qué forma acabarán adoptando la mayoría de ordenadores portátiles.

Al igual que Google, una serie de start-ups están apostando por nuestros ojos y oídos como la próxima frontera dentro de la informática. Por ejemplo, Atheer Labs, una joven empresa situada justo al lado de la sede de Google en Mountain View, California (EE.UU.), está construyendo un software que permitirá a los usuarios manipular objetos en 3D mediante gafas computarizadas. Mientras que Google Glass está limitado actualmente a las gafas especiales de Google, Atheer quiere que su software se pueda cargar en una gran cantidad de dispositivos portátiles.

"Si lo que queremos es que la información te llegue de manera más fácil, nos centraremos en tus ojos y oídos, ya sea en forma de gafas o de lentes", señala el fundador y director general de Atheer, Soulaiman Itani. Itani no cree que cosas como las telas con electrónica integrada, que no han recibido mucha atención a nivel general, ganen popularidad tan rápidamente.

Sin embargo, aunque las pantallas tipo diadema, montadas en la cabeza, cada vez ganan más atención (siempre han contado con ella), Kristof Van Laerhoven, presidente general del Simposio Internacional de Ordenadores Portátiles y líder del grupo de Sistemas de Detección Integrada en Technishe Universitat Darmstadt en Darmstadt, Alemania, señala que los investigadores están trabajando en muchos más tipos de tecnologías y aplicaciones portátiles que antes. Está previsto que se presenten artículos en la conferencia anual de ISWC en Zurich, Suiza, en septiembre. Estos artículos no solo exploran los dispositivos montados en la cabeza, sino temas como el modo en que tejidos que incorporen sensores de gas podrían ser usados para hacer un seguimiento de tu salud, o cómo un sensor de dientes podría supervisar lo que comes.

Por extraño que estas ideas pudieran sonar, "hace dos o tres años, la gente habría dicho 'Este área está muerta, nadie va a llevar estas gafas'", afirma Van Laerhoven. Pero con la llegada de Google Glass, el interés se ha renovado. Ahora, afirma, "Yo no contaría con ninguna de estas otras tecnologías".

Y la tecnología portátil no tiene por qué ser solo para las personas. En el Instituto de Tecnología de Georgia, la profesora asociada visitante Melody Jackson, el profesor y técnico principal de Google Glass Thad Starner, y el científico investigador Clint Zeaglerestán trabajando en un sistema llamado FIDO (siglas de 'facilitating interactions for dogs with occupations', o 'facilitar la interacción de los perros con ocupaciones').

Jackson, que ha entrenado perros de asistencia durante unos 18 años, asegura que FIDO tiene la intención de facilitar que los animales se comuniquen claramente con sus manejadores (ya sea una persona con discapacidad o un oficial de policía) mediante la activación de un sensor en su chaleco o collar para transmitir una orden verbal que el manejador puede escuchar a través de un auricular o ver en una pantalla montada en la cabeza.

En un estudio inicial, los investigadores colocaron en un chaleco de perro un microprocesador Arduino y probaron cuatro sensores diferentes que los perros podían activar mordiendo, tirando o acercando la boca. Los tres perros de servicio que participaron en la prueba aprendieron rápidamente a activar los sensores para hacer sonar un tono, afirma Jackson. Un artículo que detalla los hallazgos iniciales del grupo se presentará en ISWC.

Además de ayudar a personas con discapacidad a navegar con mayor eficacia, FIDO podría permitir a los perros detectores de bombas a comunicar a los manejadores de forma remota el tipo específico de bomba que han encontrado, y los perros de rescate podrían alertar remotamente a un equipo humano que han encontrado a una persona herida. Una subvención de Google permitirá a los investigadores estudiar algunas de estas aplicaciones. En última instancia, Jackson tiene en mente incluso un dispositivo que permitiese a un perro avisar si tiene hambre o necesita salir.

Al margen de que estos dispositivos se acaben usando en la cabeza, la muñeca o el cuello del perro, deben superarse una gran cantidad de obstáculos antes de que lleguen a la corriente principal. Probablemente el mayor problema en este momento sea la vida de la batería, un problema que afecta a la mayoría de dispositivos portátiles, ya que la tecnología de baterías no ha seguido el mismo ritmo que los dispositivos, que se hacen más pequeños y se utilizan más ampliamente. Más allá de las baterías recargables a las que la mayoría de nosotros estamos acostumbrados, también existe la posibilidad de, por ejemplo, gafas inteligentes que se recarguen con energía solar, o un reloj inteligente que se cargue de forma cinética usando la energía generada al caminar (un artículo de investigadores de la UCLA, que se presentará en ISWC explora esta segunda opción).

Otro gran problema es la durabilidad. Jawbone, que comenzó la creación de dispositivos portátiles en 1999 con sus auriculares Bluetooth, lo aprendió de una forma vergonzosa y pública en 2011, cuando los condensadores de los primeros usuarios de las pulseras Up empezaron a fallar debido a la exposición al agua. La compañía se vio obligada a devolver el dinero, y Brad Kittredge, director de gestión de producto, afirma que la experiencia (lo que él llama "la prueba beta más grande del mundo") enseñó a Jawbone lo importante que es para un dispositivo portátil poder soportar derrames, golpes, cambios de presión y lavados de manos (básicamente, la vida cotidiana).

También está el reto de hacer que en primer lugar la gente use estos dispositivos. Aunque Google Glass y Pebble están ganando mucha atención, no está claro si la mayoría de la gente querrá utilizar dispositivos que podrían ser vistos como intrusos sociales. Y al igual que con cualquier accesorio, deben poseer tanto belleza como utilidad. "Creo que es mucho más complicado de lo que todo el mundo pensaba", afirma Van Laerhoven.

A pesar de las dificultades, los investigadores, start-ups y principales compañías de electrónica se sienten seguros de que, al igual que con la adopción de los teléfonos móviles hace más de una década, solo hace falta tiempo para que la gente se sienta cómoda poniéndose aparatos inteligentes en lugar de metérselos en el bolsillo. "Al principio, la gente dirá que es raro", señala Jackson, "pero al final todo el mundo querrá uno".

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