domingo, 11 de agosto de 2013

La revolución de Google Glass

Google espera cambiar la faz de la tecnología persuadiendo a la gente a interactuar con sus computadoras mediante un nuevo dispositivo a la altura de los ojos.

Esa es la inspiración de Google Glass, un dispositivo que contiene una computadora oculta, una pantalla traslúcida del tamaño de un pulgar sobre el ojo derecho y otros mecanismos.

Este armazón de titanio que se coloca a modo de gafas permite al usuario recibir resultados de búsquedas, leer correo electrónico, explorar mapas y planos en busca de direcciones y mantener videodiálogos sin necesidad de un teléfono multiusos o una tableta. El comando oral incluso permite tomar fotos y videos sin emplear las manos.

Google Inc. afirma que Glass permitirá que la tecnología sea más manejable y conveniente en situaciones sociales en vez de estar sacando el teléfono para recibir los mensajes, pero los críticos opinan que Glass es un ejemplo más de lo esclavizada que está la gente a sus aparatos digitales y un indicio de que la tecnología atenta contra la privacidad.

Solamente unas 10.000 personas en Estados Unidos podrán pagar 1.500 dólares para adquirir una versión a prueba de Google como parte del programa “Explorer”. Por eso me interesé en ver de qué se trataba. Finalmente lo logré la semana pasada, cuando Google invitó a unos pocos reporteros y blogueros especializados en tecnología para probar Glass bajo supervisión de la compañía, en una oficina especialmente equipada en San Francisco que Google llama “campamento base”.

Solo ocho solicitudes de The New York Times, Facebook, Twitter, Path, Evernote, CNN, Tumblr y la revista Elle fueron aprobadas para su uso en la edición Explorer.

Lamentablemente, ninguno de los modelos de Glass que nos permitieron probar contenían todas las aplicaciones (Glassware) diseñadas para el artefacto. En cambio, CNN fue la única disponible para esta prueba. Tampoco pude conectarme con mi Gmail para probarlo con Glass.

Otras limitaciones fueron las restricciones físicas y temporales. Solo me dieron una hora para la prueba y exclusivamente en el campamento base de Google y en un patio adyacente frente a la bahía de San Francisco.

Para encender Glass se da un golpecito con el dedo en la parte derecha del armazón. También se puede activar inclinando la cabeza hacia arriba.

Lo que vi fue suficiente para concluir que Glass tiene gran potencial, especialmente si Google reduce el precio por debajo de los 500 dólares cuando empiece a venderlo al público el año próximo. Todavía no ha determinado la fecha.

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