viernes, 27 de septiembre de 2013

Llegan los manuales de usuario con Realidad Aumentada



El sector del automóvil ha sido el primero. Mercedes Benz y Audi han empezado a usar la Realidad Aumentada (AR) en sus manuales de usuario y utilidades para el conductor. Aunque, probablemente, esta novedad esté más vinculada a la aportación de valor añadido a sus coches en un momento de durísima crisis de ventas y a la experimentación de tendencias.

Aún así, los manuales de utilización de máquinas complejas que se fundamentan en la AR, a priori, ofrecen ventajas sobre los volúmenes impresos:

Las instrucciones proyectadas en la retina


Los primeros en tener un manual de instrucciones de un coche en el iPhone y con AR fueron los compradores en Europa y Japón de un Audi A1. La app formaba parte del lanzamiento del vehículo.

Esa misma app ha sido ampliada al modelo A3. El propietario del automóvil sólo tiene que enfocar con la cámara del iPhone una de las 300 piezas o comandos para acceder a una ficha en la que se explica su finalidad y atender a las instrucciones de uso.

Para evitar el peligro de uso durante la conducción, las piezas que activan la respuesta en AR forman parte de las tareas de entretenimiento del conductor, bajo el capó, y algunos comandos de la consola central y salpicadero. Es decir, piezas del limpiaparabrisas, niveles de líquidos, filtros, activación de equipos de sonido, de aire acondicionado…

Mercedes-Benz, por su parte, está trabajando en un navegador integrado en sus automóviles que proyectaría las rutas, velocidades, condiciones de tráfico y de la carretera, y ubicación de radares en unas gafas Google Glass que el conductor llevara puestas.

Las instrucciones exactas se percibirían, mediante una conexión con el automóvil, en la retina.
Sin confusiones. La AR actúa por reconocimiento exclusivo de la realidad. Por lo tanto, las piezas, los botones y los comandos de la máquina se perciben en tamaño real y en tres dimensiones, eludiendo el necesario escalado sobre el papel impreso. El sistema no deja al usuario margen para el error. El botón es el que el corresponde, no el que se parece más.
Secuencialidad útil. Una acción sugerida por medio de AR sobre un elemento puede ser el arranque de una secuencia lógica de acciones destinadas a lograr una funcionalidad. El propio dispositivo indica cuáles son los pasos a seguir: qué elementos y qué acciones, y en qué orden deben activarse. La acción combinada se convierte en una ruta informática en la que se enlazan distintas piezas informativas con gran compatibilidad. Es decir, hablamos de contenido inteligente: se diseña una pieza que puede servir para múltiples rutas. El coste de producción es más reducido.
Actualizado y en tiempo real. La información no reside en un voluminoso manual impreso, cuyos apartados pueden haber quedado desfasados. Está en Internet. El dispositivo se conecta y obtiene la última versión del conocimiento de usuario que se debe tener. Cualquier corrección o novedad se ha incorporado automáticamente en los componentes informativos que se consultan. La transmisión es rápida y en tiempo real, sin intermediarios.
Aplicaciones inteligentes. La aplicación de AR es capaz de recordar los usos que se han hecho de ella y, por lo tanto, qué tipo de consultas se han dirigido sobre el uso real del producto. Sabe cómo y de qué manera se ha consultado el manual. Ese aprendizaje lo convierte en información personalizada y útil para el usuario del producto. La Marca, por medio de la aplicación, recuerda al usuario que tiene que realizar una revisión obligatoria, reponer materiales o alertarle de una posible avería si detecta demasiadas consultas sobre un mismo aspecto.
Reduce la curva de aprendizaje. El manual de instrucciones con tecnología AR se convierte en un asistente permanente. El usuario no tiene que recordar cómo se realizan acciones muy esporádicas, porque el manual le guiará. El volumen de conocimientos indispensables para la utilización de la máquina se reduce y su uso se pone al alcance de cualquiera.

Como contrapartida, además de cara, la aplicación AR contribuye al conocimiento difuso de la realidad. Puesto que reduce la necesidad de esfuerzo en el estudio, memorización o práctica, el usuario sería incapaz de operar en un nivel superior al básico sin el apoyo y cobertura del manual de instrucciones.
Factores de definición del contenido

Abierta la tendencia y con nuevos dispositivos aptos para la AR como las gafas Google Glass o los iWatch, es necesario plantearse la construcción de bases de contenido inteligente (componentes y piezas informativas intercambiables y compatibles) que faciliten la integración y reduzcan los costes actuales, en papel, y futuros. Hay que tener en cuenta:
Acciones iniciadas por elementos detectables por AR.
Ficha de cada elemento detectable: función elemental (por ejemplo, acondicionar el aire) e instrucciones de uso (por ejemplo, gírese en el sentido del reloj para reducir la temperatura).
Reducción del texto al mínimo posible. Una pantalla de Google Glass o de un reloj iWatch no admitirán más de 2 líneas de texto.
Elaboración de rutas/funciones mediante la combinación de elementos detectables.

Disponer de esta preparación previa facilitará tanto la creación de manuales impresos como la traslación de los datos a una aplicación AR futura.

0 comentarios :

Publicar un comentario