viernes, 21 de noviembre de 2014

El marketing del Internet de las cosas (IOT), pagar con el latido del corazón



Después de 25 años con nosotros, Internet encara una fase decisiva. Tras dar el salto del ordenador a los dispositivos móviles –tablets, smartphones-, Internet se trasladará a todo tipo de dispositivos, no sólo a las gafas de realidad aumentada o los relojes inteligentes –smartwatch- sino a muchos objetos que nos rodean en la vida diaria.

Es el Internet de las Cosa (Internet of Things) que llevará a que todo este conectado, no sólo nuestros teléfonos y ordenadores, sino también nuestras zapatillas deportivas con GPS incorporado, el frigorífico que nos dirá cuando caduca la leche y donde comprarla más barata, nuestro coche o el reloj. Se busca crear una interconexión total entre las cosas que nos rodean, en los lugares más insospechados gracias a la tecnologíawearable o “llevable”. Gracias a esta tendremos dispositivos más completos, pequeños e interconectados que monitorizarán nuestras tareas diarias, de ocio y también de trabajo, salud,… realizando unlife-logging o recolección constante de datos que intentarán mejorar nuestra vida diaria.

Si se consigue que muchos hogares y negocios sean inteligentes se tenderá a que las ciudades también lo sean: edificios, coches, transporte público.. todo estará comunicado, generando nuevas posibilidades de negocio basadas en Internet y por supuesto una forma de llegar mejor a los clientes, más exacta y concreta.

Un mundo lleno de posibilidades

La tecnología wearable nos permitirá mejorar nuestra vida interactuando más y generando un enorme flujo de datos que aumentará las posibilidades de compras de productos y servicios. Desde luego, con este flujo de datos, uno de los grandes retos está en el control de la información, en no vulnerar la privacidad de los usuarios.

Superada o delimitada esta barrera, nos encontramos con una enorme cantidad de datos a disposición de empresas, empleados, proveedores y clientes que ayudará a facilitar las relaciones entre todos estos agentes, segmentando y personalizando ofertas de la forma más perfecta posible –geográficamente, con gustos conocidos,…-.

No será tan fácil y directo, también obligara a saber analizar todos estos datos, interpretarlos y mostrarlos de forma adecuada, no hay que olvidar que el fin principal de Internet de las Cosas no es comprar-vender más, si no mejorar nuestra calidad de vida. Pasaremos a un Internet más directo, centrado en lo que verdaderamente busca el consumidor, pero también con mensajes más sutiles.

Papel de Smart Watch y otros dispositivos interactivos

¿Cómo se instrumentará? Por un lado tendremos dispositivos que captan nuestros datos que se transmiten a otros, con los que interactuamos. Pongamos un ejemplo en productos que ya están en el mercado, como zapatillas y plantillas con GPS, estas nos darán datos como cuántos kilómetros andamos o por donde los hacemos, transmitiéndose para que podamos verlos o analizarlos a otros dispositivos como nuestro Smartphone. Este punto no se modificará, tan solo se ampliará, tanto los que son fuente de datos –electrodomésticos, ropa,etc..- como otros que recogen la información e interactúan con ella.

Este seguirá siendo el papel de nuestro móvil y de un nuevo actor, los Smart Watch o relojes inteligentes. Aunque también serán fuentes de datos (por ejemplo de salud, como pulso, tensión...) con ellos podremos interpretar toda la información y recibir alertas o avisos que permitan finalizar la compra de bienes o servicios.

Con todo ello, a medida que pasa el tiempo, este tipo de dispositivos al igual que pueden serlo las gafas de realidad aumentada pasarán de su papel más marginal o de capricho a otro mucho más importante como nexo entre el consumidor y las “ciudades inteligentes” que nos rodearan.

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