Analizar el aprendizaje para más personalización, reto a corto plazo para la Educación

EUROPA PRESS. 

Así se plantea en el Horizon Report 2016 de Educación Superior, cuya traducción al español ha sido presentada este jueves en el marco del Congreso CITES de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que se desarrolla este jueves y viernes en Logroño. Como ha resaltado el vicerrector de Investigación y Tecnología de la UNIR, Daniel Burgos, quien ha colaborado con la traducción y es miembro del Comité de Expertos de Horizon Report, "se trata de un informe en el que se identifican las tendencias que marcarán la educación en el futuro y los retos por superar en la adopción de la tecnología educativa". Burgos ha incidido en que el futuro más a corto plazo, "en uno o dos años", pasa por esa analítica del aprendizaje, "la necesidad de medir el rendimiento de los alumnos para darles recomendaciones personalizadas". Algo "que ya tenemos ahí, no es un tema de tecnología, sino de implementación". De hecho, UNIR cuenta con una herramienta en este sentido, el uR-Tutor, su primer proyecto de innovación y transferencia que ya se está probando en la Escuela de Ingeniería". "Todos aprendemos de forma distinta, personal. El proceso de aprendizaje representa una ocasión única para adaptar los pasos, contenidos e interfaces a las necesidades y preferencias de cada estudiante", ha afirmado Burgos. A medio plazo, en dos o tres años, se plantea "resideñar los espacios de aprendizaje, para dar paso a un aprendizaje no tan formal, no tanto estudiar como explorar más", a lo que se podría unir "la incorporación de la realidad virtual y la realidad aumentada". A más largo plazo, cuatro a cinco años, se prevé "un avance en la 'Cultura de la Innovación', que dé más conexión entre el alumnado, el profesorado y la gestión educativa", a lo que ha sumado, incluso, la implementación de nuevas técnicas "como la informática afectiva, la incorporación de las emociones en la educación", la robótica o la impresión y diseño en 3D. LOS DESAFIOS. El informe también plantea una serie de desafíos para el futuro, que Burgos ha clasificado entre los "solucionables", "difíciles" y los "muy difíciles". Entre los primeros, ha apuntado "la convivencia entre aprendizaje formal e informal", algo en lo que podrían prestar un papel relevante las redes sociales. Entre lo más difícil, la alfabetización digital "en lo que tenemos una carencia clara", y todo lo que tenga que ver con el aprendizaje basado en las competencias, "pero no tanto las profesionales, como en la actualidad, como en las personales". Y, como lo más lejano, "la conexión total, 24 horas, que es más un hábito que no depende tanto de la tecnología". Burgos ha defendido el "nivel de la tecnología educativa en España es fenomenal, entre 76 universidades tenemos 50 grupos de investigación, que estamos trabajando con organizaciones punteras". En este sentido, ha considerado que "tenemos un gran potencial y una capacidad creativa enorme", aunque ha lamentado que "hacemos investigación 'low cost' y, además, no sabemos vender esa tremenda capacidad tanto para la investigación como su implementación".

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