lunes, 27 de junio de 2016

Las diez tecnologías del año del Foro de Davos

Laboratorio en el que se aplica optogenética.
El miembro español del Consejo de Tecnologías Emergentes del Foro Económico Mundial repasa los desafíos que la innovación tecnológico plantea a la economía con motivo de la presentación del decálogo que cada año elabora la institución

Existe una desconexión preocupante entre aquellos que tienen la capacidad de decidir sobre nuestro futuro y aquellos que lo están inventando. En la actualidad hay muy pocas oportunidades y casi ningún lugar de encuentro entre ambas comunidades, que hablan distintos idiomas y tienen preocupaciones y prioridades muy diferentes. Con esta preocupación en mente, el Consejo de Tecnologías Emergentes del Foro Económico Mundial tiene como misión informar a gobiernos, grandes empresas y al público en general sobre tendencias tecnológicas, dar voz a aquellos que están liderando la ciencia y la tecnología mundiales y comunicar las oportunidades y las amenazas que representan las nuevas tecnologías.
Como en años pasados, el Foro Económico Mundial publica la lista de las 10 tecnologías que, en opinión de decenas de expertos consultados, van a transformar de forma más significativa nuestra forma de producir, trabajar y comunicarnos. El aspecto más relevante de la lista de este año es probablemente la integración del mundo virtual con el físico y con el biológico, lo que se ha dado a conocer como la cuarta revolución industrial, y que ha sido el tema central de la reunión de Davos de este año. En palabras del Profesor Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial "la tecnología del futuro no sólo va a cambiar como hacemos cosas sino que nos va a cambiar a nosotros mismo". Un buen ejemplo de esto es la optogenética que utilizada genes fotosensibles para devolver a vista a persona con degeneración ocular o el desarrollo de órganos en chips sobre los que ensayar tratamientos médicos sin necesidad de experimentar con pacientes.
Las nuevas tecnologías están cambiando aspectos tan íntimos como nuestra identidad, nuestra privacidad, nuestros hábitos de consumo o cómo nos relacionamos. La tecnología está transformando cómo aprendemos, como entendemos la propiedad, el dinero, la jerarquía o nuestro tiempo. Y por supuesto nos está cambiando a nosotros mismos mediante tecnologías como la realidad aumentada o la integración de todo tipo de máquinas en nuestra vida o incluso en nuestros propios cuerpos. Todo este potencial trae consigo también importantes riesgos. La acumulación de información que tienen sobre nosotros empresas y gobiernos, especialmente con la generalización del internet de las cosas y los avances en inteligencia artificial, supone una enorme acumulación de poder y una amenaza real, ya que está ocurriendo sin la transparencia y control democrático necesarios.
A causa de las nuevas tecnologías, industrias enteras -como la banca, la energía, o la medicina- están cambiando rápidamente. Grandes empresas se ven forzadas a adaptar sus modelos de negocio y la experiencia del cliente debido a la entrada de nuevos jugadores que aprovechan mejor las ventajas que les ofrece las nuevas tecnologías. Los emprendedores tecnológicos son los protagonistas de un nuevo futuro más volátil, dinámico e interconectado, como ya se ha puesto de manifiesto en otros sectores, como el de las comunicaciones, el entretenimiento o los viajes, que han sufrido una transformación radical en los últimos años. La integración de las distintas tecnologías va a suponer una verdadera revolución para las empresas en cuanto a cómo se organizan, cómo producen y como venden. En cuanto a la organización vamos a ver mucha más competición por el talento y estructuras organizativas menos jerarquizadas y más orgánicas, donde la información fluye con mayor facilidad. Los perfiles técnicos no sólo van a ser más demandados sino que van a ocupar posiciones claves en la empresa, ya que su conocimiento va a ser fundamental para definir la estrategia empresarial. Las fronteras entre los distintos sectores industriales tradicionales como la energía, la banca, o las telecomunicaciones, se van a difuminar y vamos a ver como las grandes empresas tecnológicas van a liderar también sectores tradicionales, ya que cuentan con la información y los recursos para hacerlo, aunque no lo van a hacer solos. En lo relativo a la producción, la escasez de recursos naturales y nuestro impacto sobre el medio ambiente están promoviendo la transición hacia una economía circular, más automatizada y eficiente, gracias a importantes avances en catálisis, robótica e inteligencia artificial. En el futuro, las empresas van a dedicar muchos más recursos y atención a cómo vender mejor ya que la competencia por la atención del cliente va a ser feroz en la era del internet de las cosas y la realidad aumentada.
En un reciente estudio publicado por el OCDE, se señala que el 9% de los empleos en los 21 países que forman parte de esta organización están en riesgo de perderse debido a la automatización. En el caso de España, esta amenaza se eleva al 12%. Esta llamada de atención de la OCDE pone de manifiesto la necesidad de transitar hacia un modelo productivo basado en el conocimiento. Los trabajos más repetitivos pueden ser reemplazados más fácilmente que aquellos que requieren creatividad o conocimientos especializados. El cambio de modelo productivo debe ser una prioridad para España, no sólo para diversificar y fortalecer nuestra economía y para mejorar nuestra productividad, sino como estrategia de empleo, ya que España tiene, no sólo elevadas cifras de paro, sino un alto porcentaje de empleos precarios que corren el riesgo de desaparecer con la llegada de las nuevas tecnologías. Por el contrario, los países que llevan años apostando por la I+D tienen menores cifras de paro, empleos más estables, mejor remunerados y con menor riesgo de desaparecer. La tecnología no sólo ayuda a diversificar y fortalecer la economía sino que eleva la calidad y la estabilidad del empleo.
Desde el Foro de Davos se ve con preocupación la desinversión pública y privada en I+D que está ocurriendo en algunos países. En este sentido, España es un país que, debido a su baja productividad y una economía poco diversificada, debe apostar decididamente por la ciencia y tecnología. De hecho, en el último informe de Competitividad Global publicado por el Foro, España figura en la posición 37 en innovación. Sin embargo, contamos con importantes fortalezas. En la actualidad, España es el décimo país en producción científica, tanto en número de artículos publicados como en número de citas recibidas. Nuestros investigadores están muy bien valorados internacionalmente gracias a una enseñanza pública de calidad, al esfuerzo de muchos años y a la capacidad de nuestros científicos de producir ciencia de calidad con menos recursos que nuestros competidores. En este sentido conviene señalar que, España ocupa la posición número treinta en cuanto a inversión en I+D, lo que está muy por debajo de la décima posición en producción científica que señalaba antes. Nuestros científicos hacen un trabajo excelente con recursos muy limitados. Todo este esfuerzo está en peligro si continúan los recortes en investigación, en lo que puede convertirse en toda una década de desinversión en ciencia. Recordemos que estamos en niveles de inversión de I+D similares a los que teníamos en 2006. De seguir así, corremos el riesgo de perder toda una generación de investigadores que, conscientes de la falta de apoyos en su país, está buscando un futuro mejor fuera de nuestras fronteras. Además, España no ocupa la posición que le corresponde por su producción científica en cuanto a la presencia, voz y liderazgo en organizaciones científicas internacionales, en las que otros países -algunos mucho menores- tienen un peso mucho mayor. Sin duda, esto es consecuencia de la poca importancia que tiene la ciencia en la política nacional. En este sentido, sería muy deseable recuperar el Ministerio de Ciencia en la próxima legislatura y contar con un comité científico que asesora al Gobierno, como él que tienen otros países de nuestro entorno.
Existen enormes problemas que sólo seremos capaces de resolver con las tecnologías adecuadas; problemas como nuestra dependencia de los combustibles fósiles, las nuevas enfermedades emergentes, o la escasez de agua potable. Y los jóvenes que harán estos descubrimientos están hoy en el colegio. Estas diez tecnologías, y otras muchas más, son una fuente de inspiración inagotable para todos ellos. Desde el Consejo de Tecnologías Emergentes trabajamos para que empresas y gobiernos de todo el mundo fomenten las vocaciones científicas para que toda una generación de investigadores dedique su esfuerzo y talento a encontrar las soluciones que tanto necesitamos, desde la escasez de recursos naturales al cambio climático. Para ello, es muy importante que sepamos inspirar a nuestros estudiantes de ciencias, insistir en una educación en valores y en presentar el emprendimiento como una posibilidad enormemente atractiva también para los científicos.
Algunos científicos han decido asumir el riesgo de crear empresas destinadas a comercializar sus descubrimientos. Entre ellos están algunos de los científicos más prestigiosos como George Whitesides (Harvard) o Bob Langer (MIT). Gracias a su talento, pero también a que decidieron crear empresas que comercializaran sus innovaciones, hoy disponemos de nuevos medicamentes que se descubrieron en sus laboratorios apenas hace apenas unos años. El emprendimiento científico es clave para que los descubrimientos científicos produzcan riqueza, empleos y contribuyan a mejorar nuestras vidas cuanto antes. No hay mayor reto que inventar el futuro. Desde aquí, animo a los jóvenes a que se atrevan a crear las soluciones para los grandes problemas a los que enfrentamos. No hay viaje que te lleve más lejos, aventura más excitante, o tarea más profundamente humana.
Listado de las diez tecnologías emergentes del 2016 según el Foro Económico Mundial

1. Ingeniería de sistemas metabólicos para la producción de productos químicos y naturales

Mediante la modificación genética de algunos organismos es posible modificar sus rutas metabólicas para que produzcan compuestos de interés industrial. Gracias a esta tecnología se ha logrado obtener de forma controlada numerosos compuestos químicos s a sin necesidad de recurrir a los derivados del petróleo.

2. Optogenética

Gracias a esta nueva tecnología es posible controlar el comportamiento de células, que previamente se han modificado genéticamente, para que produzcan proteínas sensibles a la luz. La fotoestimulación genéticamente programa se ha ensayado en una gran variedad de sistemas desde neuronas a células musculares cuyo comportamiento se ha controlado únicamente mediante el uso de luz de una longitud de onda determinada.

3. Nanosensores para el internet de las nanocosas

La fabricaciones de nanosensores capaces de emitir señales a la red suponen un paso de gigante en el internet de las cosas, no sólo por el aumento de la granularidad de la información, sino sobre todo por poder disponer de nanosensores en nuestro propio cuerpo, lugares de difícil acceso, o dispersos en enormes extensiones.

4. Nuevos sistemas de almacenamiento de energía a escala de la red eléctrica

Nuevas baterías basadas en sodio o en zinc-aire representan alternativas muy interesantes al litio para almacenamiento de electricidad a gran escala. Además el zinc es además mucho más abundante y menos reactivo que el litio lo que facilita su comercialización de forma mas sostenible y a menor coste, lo que es necesario para el desarrollo de la energías renovables.

5. Cadena de bloques

Con la aparición de bitcoin, el concepto de cadena de bloques, más conocido como blockchain, se ha popularizado. Esta nueva tecnología, basada en una base de datos universalmente descentralizada, introduce grandes ventajas en lo que se refiere a transparencia e independencia, pero también presenta importante retos y requiere de sistemas estables, bien regulados y universalmente aceptados

6. Ecosistema abierto de inteligencia artificial

Las máquinas con inteligencia artificial permiten realizar tareas muy complejas pero no resultan tan útiles como cabría esperar ya que, en general, no han tenido acceso a la información. La integración de la inteligencia artificial al internet de las cosas, las redes sociales y la programación abierta, tienen el potencial de cambiar la forma en la que nos relacionamos y trabajamos con las máquinas.

7. Vehículos autónomos

En el último año hemos asistido a un verdadero desarrollo de distintos tipos de vehículos capaces de conducirse de forma autónoma gracias a la integración de distintas tecnologías de visualuzaion, geoposicionamiento y control de sistemas. Estos nuevos vehículos representan una gran oportunidad para aquellas personas que debido a diversas limitaciones no pueden conducir.

8. Celdas solares basadas en perovskitas orgánicas/inorgánicas

La eficiencia de las celdas solares basadas en perovskitas se ha incrementado notablemente en los últimos cinco años desde un 3,8% en 2009 hasta un 20,1% en 2014, lo supone el avance más rápido de cualquier tecnología de energía solar hasta la fecha. Su elevada eficiencia y la abundancia y reducido coste de estos materiales han hecho que distintas empresas están estén trabajando para que sean una realidad comercial antes de 2020.

9. Órganos en chips

El desarrollo de máquinas miniatura y que imitan con precisión el funcionamiento de órganos humanos permiten el estudio de medicamentos y distintos tratamientos podrían reducir la necesidad de experimentar con animales y contribuir a mejorar nuestro conocimiento el funcionamiento y la respuesta fisiológica de nuestros órganos a distintas tecnologías médicas. Nuevos avances en microfluidos, microelectrónica y el desarrollo de sistemas multicanal son la base para la integración de cultivos celulares capaces de simular el comportamiento de órganos completos como pulmones, riñones o corazón.

10. Aplicaciones de los materiales bidimensionales

El descubrimiento de nuevas propiedades del grafeno, el material bidimensional de carbono, de otros materiales análogos de otros elementos como el fósforo o el silicio, o de compuestos como el sulfuro de molibdeno, son la base de nuevas aplicaciones en microelectrónica y optoelectrónica, en celdas solares y pantallas táctiles. La comercialización de estos nuevos materiales es una realidad gracias el recientes desarrollo de nuevas formas de fabricación de estos materiales dimensionales con buenas propiedades a un precio y una escala razonables.
Javier García Martínez es miembro del Consejo de Tecnologías Emergentes del Foro Económico Mundial.

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