miércoles, 28 de diciembre de 2016

2016, los grandes gazapos de las tecnológicas

Para muchos [Enlace roto.]: el caos político en Europa, la crisis de Brasil, las elecciones americanas, la crisis de los refugiados, el recrudecimiento de la Guerra de Siria, el dopaje deportivo, la muerte de figuras de la cultura o el proceso de Paz en Colombia, las nuevas pruebas del cambio climático, etc. Un escenario en el que muchos han buscado en los avances de la medicina o la tecnología un halo de luz para darnos esperanza.
Sin embargo, la velocidad del mercado tecnológico unido al espíritu de prueba y error de las tecnológicas así como el proceso de aprendizaje en el que aún se encuentra la sociedad con nuevas herramientas como las redes sociales ha hecho que Silicon Valley y compañía hayan tenido también unos cuantos errores de bulto en su cuenta particular. Estos son los más llamativos.
  • Samsung y su Galaxy Note 7. Estaba llamado a ser el teléfono del año. Por diseño, por hardware y por rendimiento. No obstante, una serie de decisiones erróneas así como las prisas por evitar que Huawei les siguiera recortando cuota de mercado acabó con la retirada del terminal del mercado por la inseguridad de sus baterías y pérdidas que se estiman en más de 17.000 millones de dólares sin contar el grave daño causado a la imagen de los coreanos. Ahora les toca dar lo mejor de sí mismos con el Galaxy S8 que llegará a principios de 2017.
  • Apple decepciona con sus pocas novedades. Si Samsung ha tenido un año “complicado” no lo ha sido menos el de Apple. Es cierto que sus beneficios aunque han bajado por primera vez en más de una década siguen siendo inalcanzables para cualquier otra empresa -tecnológica o no-. También que tiene una sólida base de compradores que parece inmutable hagan lo que hagan pero las pocas evoluciones en el iPhone (del que dependen en exceso), el mínimo salto dado en el Apple Watch, la escasa evolución en el iPad y el polémico giro en la familia MacBook obligan a la empresa a un 2017 revolucionario para no convertirse en el Microsoft de principios de siglo.
  • Google y sus periféricos. A pesar de su enorme dominio de la red de redes y del negocio de la telefonía móvil gracias a Android, la empresa sigue dando palos de ciego en el complicado mercado de los wearables. El cierre del proyecto de las Google Glass parecía comprensible hasta que Snapchat demostró que había nicho (muy específico pero lo había) con sus Spectacles; la nueva generación de Android Wear sigue demorándose y sus productos siguen sin encontrar un hueco. Veremos qué hacen en el nuevo año ahora que otros les han marcado el camino.
  • Blackberry se marcha. Un caso tan sangrante como el de Nokia (que por cierto volverá de la mano de ex empleados el año que viene) ya que los canadienses de RIM inventaron los smartphones y dominaron los primeros años. Sin embargo, fallos en su sistema de seguridad que derrumbó Blackberry Messenger y su falta de encontrar aliados en la carrera de las aplicaciones hizo que en 2016 los canadienses anunciaran el abandono del mercado y la venta de su marca a la china TCL que comercializará teléfonos Android con la antigua enseña.
  • Project Ara, LG y los terminales modulares. De haber salido la apuesta hubiera revolucionado por completo la forma en la que consumimos smartphones y tabletas. Dispositivos que se podían mejorar y personalizar gracias a piezas secundarias extraíbles como la cámara, la batería, etc. Perfecto para no tener que cambiar de equipo cada pocos años o, simplemente, para poder adaptarlo a nuestras necesidades en cada momento. El primer modelo de gran consumo con un sistema similar, el LG G5 fue un fracaso estrepitoso y ahora esta idea, muy buena para nosotros, se queda en un cajón a saber por cuánto tiempo.
  • Adiós a Pebble a manos de FitBit. Quizá uno de los movimientos menos comprensibles de este 2016. Una de las marcas pioneras en el mundo de los smartwatches, compatible con todas las plataformas, ajeno a las estrategias de marca de las multinacionales y creado para los usuarios con la ayuda de los usuarios. Aunque sus inicios fueron prometedores, el empuje del mercado hizo que estos buenos equipos cayeran en el ostracismo hasta ser comprada por muy poco dinero por FitBit. Lo más incomprensible es que la multinacional anunció de inmediato el abandono de los modelos, la ausencia de soporte y su interés exclusivo por las patentes.
  • Yahoo! sigue en su línea. Aunque para los medios el gran fallo de 2016 puede haber sido el Note 7, el verdadero annus horribilis lo ha tenido Yahoo! que en septiembre sufría el mayor hackeo de la historia hasta la fecha: 500 millones de cuentas perdidas. Un récord que ellos mismos batirían hace pocos días con otros ¡1.000 millones de cuentas hackeadas! Un agujero de ciberseguridad que ha provocado que se pare su posible venta y que sentencia la primera gran empresa de internet.
  • Twitter sigue perdiendo dinero y relevancia. Aunque hay una generación para la que las redes sociales se dividen entre Facebook y Twitter (puede que le sumen Instagram) lo cierto es que la realidad es mucho más dura para la empresa del pájaro azul. Sigue perdiendo usuarios, sigue perdiendo millones, sigue perdiendo relevancia, sigue perdiendo oportunidades de negocio y ya ve por delante a Snapchat y a Instagram -la segunda, sobre todo, le puede dar lecciones de cómo monetizar una red social con pocas palabras-. Son muchos los directivos que quieren vender la empresa antes de que valga tanto como Yahoo!.
  • Nintendo ¿éxito o fracaso? Es cierto que han sido protagonistas de dos de los juegos del año (probablemente los que más impacto mediático han tenido con mucha diferencia). Si Pokémon Go fue un (incomprensible) fenómeno social global, Super Mario Run ha batido sus récords de descargas y aunque son muchos los que se quejan de su precio y las acciones de la empresa han vuelto a bajar, los nipones han demostrado el enorme recorrido que tienen como desarrolladores de juegos móviles. Su alianza con Apple puede dar muchos dividendos a ambas empresas. Por cierto, la NES Mini ha batido récords de ventas por encima de consolas mucho más potentes. ¿Es eso un fracaso? Lo veremos cuando lancen Switch, el híbrido entre consola y portátil.

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