martes, 14 de marzo de 2017

La burbuja pincha en Snapchat, ¿ahora qué?

Regina R. Webb

Tras un efímero rally en su salida a bolsa, los analistas comienza a valorar a fondo el futuro potencial de Snap, la aplicación social estadounidense. A falta de beneficios, la cotizada busca captar dinero de la publicidad y productos innovadores
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El rally de Snap en su OPV duró lo mismo que sus mensajes instantáneos: poco. Al toque de campana el pasado jueves 2 de marzo las acciones de la tecnológica americana pasaron de valer los 17 dólares que ofrecían los colocadores a 24 dólares la acción. Al cierre valían ya 24,48. Es decir, una subida del 44 por ciento. La euforia duró hasta la segunda jornada, cuando escaló hasta los 27,09 dólares. Un ritmo imparable que contrastaba con las recomendaciones de los expertos. Por cada dólar que aumentaba la cotización de la red social estadounidense, un analista publicaba un precio objetivo muy por debajo de nivel al que se movía. La valoración de Snap no se sostenía por sus fundamentales. El golpe de realidad llegó al tercer día, solo que el hundimiento de la acción en las siguientes no se pueden camuflar con un filtro. Corrigió un 12,26 por ciento el pasado martes y un 9,80 el miércoles. Ya en la apertura del jueves el valor había caído por debajo de su precio de salida. En cinco sesiones, a la cotizada más esperada del año le dio tiempo a tocar el cielo y volver a tierra.

¿Y ahora qué?

En el pico de la burbuja tecnológica, los inversores recordarán cómo los taxistas ofrecían consejos de inversión desde detrás del volante. Era la señal de vender. El día de la salida a bolsa, Ariel Jalali, CEO de una start up americana, publicaba en Twitter un video de su conductor de Uber que compraba, en cuestión de segundos, acciones de Snap a 25 dólares a través de una aplicación de móvil.

De momento los expertos no han dado al botón de pánico. «Cotizando a 80 veces beneficios, no nos plantearíamos comprar Snap desde una perspectiva de valoración. Pero una compañía no crea una burbuja», apunta Peter Bourbeau, gestor del fondo Legg Mason ClearBridge US Large Cap Growth. De hecho, percibe que las empresas tecnológicas y de comunicación prefieren no salir a cotizar en parte porque las valoraciones del mercado privado son más atractivas. Para él, las compañías que tienen en cartera, como Facebook y Google, no cotizan a precios 'de locura' sino que reflejan el potencial de beneficios subyacente que les otorga ser negocios líderes del mercado.

Era la salida a bolsa del año y había que estar. «Querían ser de los primeros en pillar parte del pastel de lo que podrá ser una plataforma importante», explica Bourbeau. Albert Enguix, gestor de GVC Gaesco Gestión coincide: «No piense en los minoristas. La gran jugada la han hecho los grandes bancos de inversión para sus clientes referentes. Es la salida a bolsa más importante desde Alibaba y, ahora mismo se plantea como la única de este año». Como se aprecia en el gráfico, era la mayor salida a bolsa del sector tecnológico solo por detrás de la de Facebook en 2012. Ahora, el día a día es lo que va a determinar el futuro de la tecnológica.

A cierre de ayer lunes 13 de marzo, Snap no cuenta con ninguna recomendación de compra por parte de los analistas consultados por Bloomberg. Cuatro de ellos recomendarían mantener y los otros cuatro vender. El más positivo es FBN Securities, que lo ve a 23 dólares. Le siguen los de Aegis Capital y Susquehanna Financial, que lo ven a 22 dólares, pero el analista de Pivotal Research lo valora en 10. Es decir, que incluso con la caída actual, el precio del consenso es de 17,83 dólares la acción, un 17,5 por ciento por debajo del actual.

Potencial, pero a otro precio

Ahuyentados los alcistas y los bajistas del valor y tras la volatilidad inicial propia de cualquier salida a bolsa, toca analizar si la empresa es una inversión interesante. De momento, los expertos se muestran cautelosos. A los precios del pasado lunes (24 dólares) Enguix lo veía «una locura». «Es una empresa con 500 millones de dólares de pérdidas, poca generación de flujo de caja libre y, sobre todo, que la misma ha dicho que ve complicado en los próximos años revertir la situación», señala Enguix. Aún así, en las tecnológicas suele contar más el intangible. En Snap serían los 150 millones de usuarios. Pero, claro, al final lo importante de todo negocio es generar dinero.

Así lo apunta Bourbeau: «Como queda evidenciado por su reciente impulso en la contratación, centrado en ingenieros y especializados en ventas, Snapchat está invirtiendo para el crecimiento a largo plazo más que para los beneficios a corto». Los pasos que está dando la compañía en estos últimos años dan pistas de que la compañía no confía en sobrevivir solo como red social. Un ejemplo claro es el lanzamiento de sus gafas de video «Spectacles» (130 dólares), un dispositivo inteligente con un diseño discreto -parecen unas gafas de sol normales- que permite grabar videos de 10, 20 o 30 segundos y sincronizarlo con la aplicación.

Un análisis de las últimas patentes registradas por Snap, realizado por CB Insights, apunta a ese giro hacia herramientas de reconocimiento facial: 5 patentes en 2015. También otras dos en tecnología «wearable» (para vestir) y programas de videoconferencias con posibilidad de pago. Es decir, una especie de Skype que permita el cobro automatizado a través de la propia aplicación.

Objetivo: Captar la publicidad digital

Tampoco significa que se hayan rendido con Snapchat. El plan para la red social es hacerse con la publicidad que está abandonando la televisión a favor de las plataformas móviles. Una estrategia que también están usando competidores como Facebook y Youtube. Como apuntan en el informe a la SEC (la CNMV estadounidense), hasta el momento la publicidad digital ha sido invasiva, o bien interrumpiendo el contenido del usuario, o escondido en partes de la pantalla que ni llegan a ver. En Snap quieren desarrollar contenido publicitario que se «integre en la experiencia».

«Llevamos a cabo un análisis exhaustivo entre la industria publicitaria. Están entusiasmados con las perspectivas de crear anuncios que lleguen a la codiciada audiencia de Snapchat», cuenta Aegis Capital en su informe. «Por eso, vemos a Snap capaz de ganar cuota publicitaria de manera sostenible los próximos dos años». «Efectivamente la inversión publicitaria está cambiando radicalmente desde los canales tradicionales a los canales digitales, pero es pronto para saber quién se llevará el pastel. A día de hoy quien mejor lo está haciendo es Facebook (FB e Instagram) y Google», apunta Carlos Camacho, co gestor del fondo Rural Tecnológico, quien se mantiene cauto a la espera de analizar en profundidad a la compañía. Es un plan de negocio en el que Snap no está solo. Cabe recordar que era también la estrategia de Twitter para recuperar beneficios y para ello adquirió la plataforma de videos Vine.

El punto débil de Snap es que su atractivo es fácilmente replicable. ¿Los videos y mensajes instantáneos? El usuario ya lo tiene en Instagram. ¿Los filtros divertidos? Hay aplicaciones asiáticas que lo hacen mejor. Como Snow, una de las aplicaciones que más está creciendo de las últimas semanas. ¿Las gafas de video? Google tiene su propia propuesta con las Google Glass. «Aún es muy temprano para predecir si Snapchat podrá mantener un crecimiento de usuarios a través de la innovación, como Facebook, o chocar contra una pared, como es el caso actual de Twitter», afirma Bourbeau.

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