La realidad aumentada mejora el desempeño de los trabajadores. | Fuente: Shutterstock
La relación entre tecnología y trabajo acostumbra ser algo difícil. El uso de móviles en entornos laborales, las distracciones generadas en los trabajadores y la disminución de su productividad llevan a que muchas veces la tecnología sea expulsada de las oficinas sin realizar un análisis previo de sus beneficios tanto para el trabajador como para la empresa.
En la época actual, con los constantes informes que surgen acerca de los efectos de la digitalización para los trabajadores, esta relación se vuelve más tensa aún. La amenaza de perder puestos de empleo a manos de la tecnología hace que el rechazo hacia esta no solo se genere por parte de las empresas sino también de los trabajadores.
Si hablamos, por ejemplo, de realidad aumentada dentro de la oficina es altamente probable que muchos empleadores imaginen el uso de este método como un distractor de la atención de sus empleados, utilizados para momentos de demasiado estrés en los que estos necesiten distenderse. Empresas del más alto nivel utilizan estas técnicas para hacer la jornada laboral más leve y generar espacios donde los trabajadores se sientan cómodos, alejando los sentimientos negativos que pueden generarse luego de una larga jornada de trabajo.
Sin embargo, este no es el único que puede darse a la realidad aumentada dentro de una empresa, y de hecho tampoco es el mejor. Diferentes industrias del mundo han demostrado que la realidad aumentada es un excelente medio para comunicarse con los usuarios finales de los productos que estos fabrican.
Al realizar, por ejemplo, instrucciones para el armado de un mueble o un manual para cualquier tipo de dispositivo, los trabajadores encargados de elaborar estas indicaciones deben abstraerse e imaginar la situación que intentarán describir. Con unas simples gafas de realidad virtual la imaginación se hará a un lado, pues el operador será capaz de ver a ciencia cierta lo que desea describir, y así comunicarse de mejor forma con los receptores finales del producto en el que trabajan.
Distintos análisis han demostrado que, además de facilitar la recepción de los productos, el uso de gafas de realidad aumentada permite a los trabajadores ser más productivos y hacer su tarea con mayor rapidez. Al mismo tiempo, estos se vuelven más competitivos y por lo tanto capaces de mejorar sus propias condiciones laborales.
Usuarios más felices, trabajos realizados en menos tiempo, mayor productividad y trabajadores empoderados… Todo parece indicar que la realidad aumentada ha llegado al mundo del trabajo para quedarse, y que no se limitará únicamente a las grandes industrias sino que se instalará en las medianas y pequeñas, e incluso podrá meterse en las oficinas.
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