lunes, 8 de mayo de 2017

Los smartphones que vienen: indestructibles y capaces de transmitir sabores y aromas




Leandro Zanoni


iPhone
Se paró en el escenario de la Mac World en San Francisco con su famoso uniforme: polera negra, jeans y zapatillas grises y dijo: “Hoy vamos a hacer historia juntos. Hoy Apple reinventa el teléfono”. Diez años después, Steve Jobs tuvo razón. En su mano derecha tenía el primer modelo de iPhone, el celular inteligente que cambió el mundo y el dispositivo electrónico más vendido de la historia: Apple ya despachó mil millones de aparatos (el equivalente a veinticinco veces la población de la Argentina). Pero además de sus grandes ventas, el iPhone produjo consecuencias irreversibles en la sociedad y en el resto de la industria tecnológica. Es uno de los íconos culturales principales de esta época hiperconectada y móvil, donde más de un cuarto de la población mundial (2 mil millones de personas) se conecta a Internet únicamente desde el celular.
En 2017, el celular se convirtió en una extensión de nuestro cuerpo, una suerte de injerto tecnológico sin el cual se nos haría difícil pensar en hacer casi todo lo que hacemos: trabajar, consumir entretenimientos, conocer un nuevo amor, viajar, comunicarnos con los demás, comprar, despertarnos a las siete, saber el clima, sacar y compartir fotos, mandar y leer emails, escuchar música, tuitear, zanjar en diez segundos una discusión de asado o acordarnos el cumpleaños de la tía. La lista es infinita y se agranda cada día.
Pero el futuro no espera y menos en la industria tecnológica. En estos últimos diez años la competencia para destronar al iPhone se volvió salvaje. Miles de personas en por lo menos una docena de grandes empresas trabajan todos los días con una obsesión: fabricar el celular del futuro. ¿Hay vida después del iPhone? Sí, claro. Y estas son algunas de las características que se verán en los próximos años.
Los smartphones que vienen: indestructibles y capaces de transmitir sabores y aromas
Proyectar en la pared una pantalla de 70 pulgadas. Un lujo.
Por adentro y por afuera. Los especialistas dividen los avances en el móvil en dos grandes grupos: hardware (sus partes físicas) y software (sus programas o funciones). En hardware, los fabricantes hacen especial foco en las baterías, los materiales y la pantalla. Cada vez más necesitamos el celular para poder hacer casi todo. Para eso resulta fundamental que la batería no sea una preocupación. Se está trabajando en lo que hoy parece una utopía: la batería infinita. Mientras tanto, ya existen aquellas capaces de funcionar varios días a pleno sin tener que enchufar el celular. En diferentes laboratorios se testean alternativas, como unas súper baterías de litio, aluminio y capas de dióxido de titanio que no sólo duran varios días sino que se recargan en menos de diez minutos. También se intenta eficientizar la batería y hacerla más predictiva e inteligente. Por ejemplo, que el celular detecte automáticamente las aplicaciones que necesitamos (según dónde estamos, la hora del día, entre otras variables) y ponga en modo stand by algunas o cierre las que no son necesarias.
Los smartphones que vienen: indestructibles y capaces de transmitir sabores y aromas
Un celular digno de Rambo. En los próximos años, los teléfonos soportarán condiciones extremas.
Los smartphones serán casi irrompibles. Deberán soportar golpes fuertes pero también agua, polvo, el frío y el calor en extremo. También serán inmunes al fuego. Asoman nuevos materiales más resistentes como acero, madera y kevlar. El año pasado, la empresa Caterpillar presentó el S60, un móvil digno de Rambo: pantalla casi irrompible, sumergible y con una cámara térmica que permite tomar fotos o videos a oscuras y medir temperatura de los ambientes.
La pantalla sí dobla. En cuanto a las pantallas, la tendencia es que sean más grandes, flexibles y plegables. El tamaño del celular ya no será único ni fijo: podremos doblarlo en varias partes hasta convertirlo en tablet o en una pantalla mínima como los viejos celulares, según la necesidad. O enrollarlos como papel, o hacerlos pulsera para llevarlos en el brazo como un reloj, como mostró la marca Lenovo. Samsung y LG ya coquetearon lanzando un par de modelos con pantallas curvas pero rígidas. La compañía coreana Kolon Industries prometió que para fines de este año saldrán a la venta celulares flexibles, con pantallas de entre 1 y 5 milímetros de grosor.
Samsung presentó en Nueva York, hace unas semanas, el nuevo Galaxy S8 con una pantalla que ocupa todo el frente del equipo, sin bordes. Sus objetivos: destronar al iPhone de Apple y lograr sepultar para siempre el fallido capítulo del Note 7 (los que el año pasado se incendiaron). Para eso tiró toda la carne al asador, sin reparar en gastos. Ese día, durante dos horas, todos los carteles luminosos de Time Square se pusieron azules con la marca coreana. Lo más destacado del nuevo smartphone (que en junio llega a la Argentina) es su pantalla, que se expande a más pulgadas pero sin agrandar el tamaño del equipo porque le quitaron los bordes y el botón de inicio inferior, ocupando todo el largo y el ancho de la superficie. El modelo S8 es de 5,8 y el Plus queda en 6,2 pulgadas. El botón de huella dactilar se mudó a la parte trasera, al lado de la cámara (una Dual Pixel de 12 MP), que también funciona como el escáner de iris para desbloquearlo con los ojos de su dueño.
Pura potencia. Si nuestra vida personal y profesional dependerá cada vez más del celular, la seguridad es un factor clave. Al igual que la Dual Pixel, también hay cámaras biométricas, las Fujitsu, que escanean el iris del ojo para desbloquear el celular. Y si guardamos cada vez más fotos, videos y documentos, necesitamos mayor almacenamiento. Más allá de los servicios en la nube (como Dropbox, Drive), el estándar será, en poco tiempo, 64GB de capacidad (con ranura para tarjetas microSD expandibles) y más memoria RAM. Así, el smartphone irá reemplazando a las compu de escritorio y las notebooks. Adiós a las viejas PC.
Los celulares modulares también asoman como tendencia. Quitarle o agregarle componentes según las necesidades del momento. ¿Más memoria? ¿Nuevos sensores? ¿Más batería? No hay problema. Como si el celular fuese una caja de herramientas, se arma a gusto y piaccere del dueño. Google probó con el proyecto Ara, que por el momento quedó suspendido. LG lanzó el G5, cuya novedad es su slot con una batería extraíble que intenta ser una solución al problema de la falta de energía. También se le pueden adosar otros accesorios que se venden aparte, como una mejor cámara de fotos o un parlante B&O Play para duplicar el sonido.
En el mismo rumbo va Moto (ex Motorola, ahora en manos de Lenovo), que apostó fuerte a este tipo de tecnología con los Mods para su modelo Z Play. Se trata de cinco complementos que se compran aparte y se adosan al celular mediante imanes. De esta manera, el usuario puede agregarle, por ejemplo, una lente para sacar fotos de manera casi profesional; una batería extra (Power Pack) que amplía a 22 horas continuas la autonomía del equipo; un parlante JBL con más potencia de sonido o un proyector de videos y fotos para la pared que agranda la pantalla hasta 70 pulgadas. Un cine en el bolsillo. “Desde la aparición del primer iPhone no hubo grandes saltos en la innovación. Sólo en algunos puntos específicos, como el tamaño de la pantalla o en la cantidad de megapíxeles de las cámaras. Pero ya no había prácticamente nada que sorprenda de un nuevo smartphone. Con esta tecnología modular, podemos decir que entramos en una nueva era de innovación”, se entusiasma Germán Greco, gerente general de Moto en Argentina.
Los smartphones que vienen: indestructibles y capaces de transmitir sabores y aromas
Celulares para el "ármelo usted mismo". Proximamente podrán doblarse.
Desmaterialización y después. Más allá de los avances actuales, tal vez en el futuro los celulares se desmaterialicen y se transformen en pequeños chips casi invisibles pegados en todos lados. Incluso dentro de nuestro cuerpo. Así lo cree la ingeniera española Nuria Oliver, quien vaticina que el móvil tal como lo conocemos hoy no existirá más, aunque, paradójicamente, tendrá un mayor protagonismo en nuestras vidas. Es doctora en el Media Lab del famoso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y dice que el celular actual tiene muchas limitaciones. “Más allá de detalles, los móviles de hoy son muy similares a los de hace 10 años. La pantalla es muy pequeña y la manera de introducir información es bastante limitada. La computación móvil estará embebida más en nosotros, en la ropa o incluso en nuestro cuerpo, en los coches, en las ciudades, en todo el entorno en donde nos movemos”, explica a Viva.
Para muchos expertos, los smartphones que se implantan en el cuerpo utilizando tecnología inalámbrica podrían estar disponibles comercialmente en 2020. “Ahora llega la segunda era de la máquina,” dijo el dinamarqués Erik Brynjolfsson (@erikbryn), director de la Iniciativa del MIT sobre la Economía Digital de la Sloan School of Management y autor del libro La carrera contra la máquina. “Las computadoras y otros avances digitales están haciendo por el poder mental –la capacidad de utilizar el cerebro para comprender y dar forma a nuestro entorno– lo que la máquina de vapor y sus descendientes hicieron por la fuerza muscular”, sostuvo en un informe sobre tecnología y futuro.
Aromas y sabores. En el software es donde tal vez más se percibirán los avances de la tecnología móvil. Llegarán más aplicaciones de Inteligencia Artificial y Realidad Aumentada y con capacidad de hacernos sentir un estímulo físico, como un beso o ampliar los sentidos. No es una locura la idea de que, en poco tiempo, los smartphones puedan detectar un olor determinado o un sabor desde una aplicación. Como un sentidófono.
Hace poco, Phil Schiller, el legendario vicepresidente de marketing de Apple, le dijo a la audiencia que lo escuchaba: “Ustedes no saben todo lo que está por llegar. Posiblemente estemos apenas transitando los primeros minutos de la primera parte del juego”. Este año la empresa de la manzana tiene que pegar el salto que sus fanáticos –y el resto de la industria– está esperando. ¿Lo logrará otra vez?
Los smartphones conectados con otros dispositivos ayudarán a monitorear funciones vitales de la salud como la actividad física, problemas cardíacos, escaneo de piel para detectar problemas cutáneos antes de que se manifiesten o los niveles de glucosa en pacientes diabéticos, por ejemplo.
Pero también se conectarán para jugar con nuestros hijos. En el CES de Las Vegas (el evento tecno más importante del mundo) de enero último se vieron nuevas ideas que son lanzadas primero como prototipos para testearlos antesde salir a la venta. Tag+ es un dispositivo muy simple para chicos que le suma funciones y sensores a los juguetes comunes como un camión o un muñeco. Se conecta por bluetooth y una app permite interactuar a distancia con los juguetes que cobran vida, como en la película Toy Story. También varios chicos desde distintas partes del mundo pueden jugar en red con el mismo juguete. Se trata de ofrecer nuevas experiencias ampliadas.
Los smartphones que vienen: indestructibles y capaces de transmitir sabores y aromas
La batería extraible intenta solucionar el problema de la falta de energía.
Centro de servicios. La consultora Gartner predice 25 mil millones de dispositivos conectados para 2030. Explica Bruno Drobeta, director comercial de Samsung en nuestro país: “El celular se transforma en un centro de servicios para distintas plataformas en ciencia, medicina, educación, medios. Lo que viene es la masificación de IoT (la interconexión de distintos dispositivos). Y el celular será la única puerta de entrada para todo eso porque ya le ganó la batalla a las tablets y a las PC. Con el smartphone y a través de la redes WiFi y el 5G, manejaremos desde las cámaras de seguridad hasta el lavarropas, el aire acondicionado, el regador del jardín y cualquier otro objeto conectado a una red”. Y no duda en asegurar que así como el celular ya absorbió a la cámara de fotos, el GPS y el reproductor de música, “el próximo objeto que se comerá es la billetera. Pagaremos los gastos diarios con el móvil”.
En cuanto a los sistemas operativos, Android (de Google) viene ganando por bastante la batalla de la cantidad frente al iOS de Apple. Pero ambas empresas desarrolladoras coinciden en que el futuro nos encontrará manejando el dispositivo casi íntegramente mediante comandos de voz y gestos a través de asistentes personales, como los actuales Siri, Cortana, Alexa y el reciente Bixby. Pero serán mucho más sofisticados e inteligentes. Se busca más simpleza y agilidad. Escribir un mensaje en el aire con la mano y enviarselo a un amigo ya no será una locura. Hay que estar preparados para una nueva revolución móvil.

Así empezó la revolución
A 10 años del primer Iphone

Los smartphones que vienen: indestructibles y capaces de transmitir sabores y aromas
Steve Jobs, el día de la presentación.
La mayoría de las casi 7 mil millones de personas que tienen un celular no soporta estar más de un par de horas alejado del aparato. Tampoco puede ignorarlo cuando escucha el sonido de una nueva notificación. Como nunca antes en la historia, pasamos la mayor parte del día pegados a un dispositivo electrónico. En promedio, lo desbloqueamos para usarlo unas 120 veces por día. Desde que apareció el primer modelo de iPhone en 2007 (en la foto, presentado por Steve Jobs), cada año surgieron en el mercado más y mejores modelos de teléfonos inteligentes. El de Apple estuvo siempre a la vanguardia, pero enfrente lo tiene a Android, el sistema operativo de Google, instalado en al menos veinte fabricantes de celulares diferentes de todo el mundo. El primer móvil con Android fue el HTC Dream y salió en octubre de 2008. Al tiempo que la finlandesa Nokia se derrumbaba, Blackberry intentaba recuperar su liderazgo perdido con los modelos Bold y Torch, pero fue demasiado tarde. El iPhone ya reinaba. Mientras tanto, otros fabricantes se asociaban a Android para dar pelea con buenos modelos: los Galaxy de Samsung, los Xperia de Sony, el Milestone de Motorola, el avance de las marcas chinas, la línea Lumia de Nokia junto con Microsoft. También se destacaron el Atrix de Motorola (que pretendía convertirse en una notebook) en 2011 y buenos equipos de LG, como el G2 con un botón trasero (2013). Pero Apple sacaba distancia a toda velocidad. Cada modelo superaba al anterior y las ventas eran arrolladoras. El 3G fue el primero en venderse fuera de los Estados Unidos, en 2008. Las mejoras que trajo el iPhone 4 lanzado en 2010 fueron varias, tanto en hardware (cámara HD con flash de 5 mpx) como en en su diseño de vidrio y acero, que hasta hoy es considerado como uno de los más lindos de la historia. Fue el que más éxito tuvo para Apple. Durante los primeros tres días de venta, despacharon en todo el mundo 4 millones de unidades. La versión 4S, mejorada, salió a la venta el 4 de octubre de 2011, un día antes del fallecimiento de Steve Jobs. La revolución móvil se produjo tan rápido y de manera tan contundente que las consecuencias recién empiezan a estudiarse ahora, diez años después del primer smartphone.

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